Aún ahora creo que no ha ocurrido, que lo he soñado. Ha tenido que ser así. Soñé que Dios bajaba a la tierra y se agachaba para levantar a los que habían caído por las cruces que portaban y, les decía, que Él estaba ahí, que nunca les faltaría. Y soñé que decía que les dejaba a su Madre, que con Ella nunca les faltaría la Esperanza. Debió ser un sueño, pero me pareció tan real...
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