Cuando la madrugada estaba a punto de terminar para darle la bienvenida a una nueva mañana de Viernes Santo, la Hermandad del Calvario saludaba a la de Jesús Despejado en su capilla de la Plaza de Molviedro. Fue la última vez en que todas las hermandades de la Madrugá pudieron efectuar su estación de penitencia sin que la lluvia apareciera.
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