Como cada 24 de mayo, Triana se engalanó para recibir la visita de San Juan Bosco y María Auxiliadora, que salían bajo un cielo plomizo que no presagiaba nada bueno. Efectivamente, al pasar por la calle Pureza comenzó a caer un fuerte chaparrón que hizo que los pasos se refugiaran en la Parroquia de Santa Ana, donde permanecieron aproximadamente una hora, teniendo que recortar el camino de vuelta. A pesar de todo, Triana volvió a vibrar un año más con su Sentaíta.